El secreto de las aves
El
inmenso parpado del día
cae
como la paciencia de las hojas
que
abandonan los arboles
flotantes
y kamikazes,
sepultando
el ataúd del sol,
esculpiendo
la noche
por
el horizonte;
coloreando
estrellas,
ocultando
augurios celestiales
en
sus esencias;
las
aves se alejan
de
las manos de los hombres;
maldiciendo
su presencia
surcan
la oscuridad
y
anidan en moribundos ideales
donde
se aparean con la esperanza,
concediendo
con sus alas albedrio
a
sus dulces gargantas
liberando
de amargura la mañana
recitando
secretos
que
para el hombre solo son,
afinados
cantos que provienen
de
las ramas de los arboles
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