domingo, 9 de noviembre de 2014

El Inmortal (a mi Padre)

El Inmortal (a mi Padre)

Rastreando un momento feliz  entre fotos
que paralizan recuerdos para siempre,
descubrí  que nunca imagine la muerte
hasta que su aliento de invierno
humedeció mis pupilas;
desde que no estás,
mi mirada no ha cambiado de estación,
mis parpados anhelan morir cada noche
para poder verte a la distancia de un sueño,
para oírte en otra realidad,
para fingir que estas aquí y no extrañarte,
me gustaría decirte que ya no soy el niño
que creía en la medicina cuando enfermaba,
ahora sé que era el amor de tus cuidados el que me curaba
y comentarte también que deje de ser
el adolescente que creía en la rebeldía,
ahora soy el hombre que extraña tus consejos,
que necesita sentir la fuerza de tus abrazos
cada vez que volvía de emprender alguna estupidez;
con tus manos construiste una familia,
por eso no acepte que aquel día
las flores te rodearan y se reunieran todas
alrededor del ataúd que encerró tu despedida,
como la oscuridad rodea las estrellas al extinguirse
por eso me negué a escuchar el orfeón
que anunciaba tu ausencia;
esos decibeles religiosos devotos del miedo
se enredaban en mi alma y la asfixiaban de culpa,
por eso no acepte la mentira de una oración salvadora que traiciono la fe;
por eso no acepto que ya no estés aquí.